Podríamos definir el proceso de
envejecimiento como aquel en el que el individuo con el paso del tiempo va
perdiendo vitalidad, entendiendo vitalidad como la energía y actividad para
vivir o desarrollarse. Es consecuencia de dos fenómenos: la disminución de la
natalidad, la cual hace disminuir el número de jóvenes, y la prolongación de la
esperanza de vida.
La valoración geriátrica integral
es importante a la hora de identificar, valorar y estudiar todos aquellos
problemas que abordan al anciano y con ello poder elaborar y aplicar un plan de
cuidados integral y de seguimiento a largo plazo.
Es importante saber diferenciar
entre un anciano sano, enfermo, frágil y un paciente geriátrico. Para ello podremos
utilizar escalas como por ejemplo la de Balber que nos permitirá la detección de un
anciano frágil.
En numerosos artículos se nombra la
vejez como un problema social y de ahí el miedo a envejecer y a negar todas
aquellas conductas que arrastra el envejecimiento.
En las últimas décadas, la esperanza
de vida, nombrada anteriormente, ha aumentado. Ahora se vive más tiempo pero también
en mejores condiciones tanto en relación al hogar, a la salud o a la familia entre
otros, es decir, “la vejez se lleva mejor”.
Bibliografía:
- González Mª J., San miguel B. El envejecimiento de la población española y sus consecuencias sociales. Departamento de Sociología II, Psicología, Comunicación y Didáctica. Universidad de Alicante.
- Yuni Dr J.A., Ariel Urbano C. Envejecimiento y género: perspectivas teóricas y aproximaciones al envejecimiento femenino. Rev. argent. sociol. v.6 n.10 Buenos Aires mayo/jun. 2008.
- Salgado A., Guillen F., Ruiperez I. Manual de Geriatría, 3.ª ed., Barcelona, Masson, 2002.
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