En la actualidad, España posee una de
las más altas expectativas de vida: 78 años en hombres y 84 años en mujeres.
El principal objetivo es que esta
expectativa vaya acompañada de una mayor esperanza de salud y calidad de vida.
En 2009 la Escuela de Enfermería de
Lleida realizó un estudio sobre el estado nutricional de la población anciana de
Cataluña de diferentes niveles asistenciales.
Los objetivos de este estudio fueron
evaluar la prevalencia de desnutrición a través de la Mini Encuesta
Nutricional del Anciano (MNA) en la población anciana de Lleida (Cataluña) de
diferentes niveles asistenciales y valorar si dicha escala es un buen método de
monitorización en nuestro medio.
Los resultados son similares a otros
estudios contrastados llegando a la conclusión de que es una escala útil para
el monitoreo nutricional en los distintos niveles asistenciales.
Se observó una prevalencia de
desnutrición del 9,1% en adultos mayores institucionalizados y del 50,5% en la población mayor
hospitalaria de larga estancia.
Uno de los temas importantes que
afectan al anciano es la desnutrición,
también definida como síndrome geriátrico.
En muchas ocasiones, la familia tiene
miedo
de que su familiar anciano se
desnutra debido a su ingreso en instituciones de larga estancia.
La desnutrición puede ser un factor de
riesgo que desencadene otros signos u otras enfermedades como pueden ser el
cansancio, aparición de úlceras, fatiga, deambulación etc. pudiendo provocar
caídas y con ello todo lo que conllevaría la inmovilidad del paciente. Por eso,
es importante mantener un grado de nutrición en los pacientes ancianos para
evitar complicaciones que en el peor de los casos pueden provocar la muerte.
Muchas veces, se cree que la culpa de
la desnutrición del anciano es del centro en el que se encuentra ingresado, que
los profesionales sanitarios no les dan la suficiente comida como para
mantenerse en su peso y por eso acaban en un estado de desnutrición. Ante esto,
estoy totalmente en desacuerdo, aunque siempre puede haber excepciones.
Cuando envejecemos aparecen casos de
gastritis, los nutrientes se absorben peor, se pierden piezas dentarias, el
apetito se ve disminuido por la toma de medicamentos etc…todo ello son
factores que no podemos evitar y que conllevarían a que el paciente anciano
estuviera en un grupo de riesgo de desnutrición.
Bibliografía:
- Jürschik Jiménez P, Torres Puig-Gros J., Solá Martí R., Nuin Órreo C., Botigué Satorra T. Estado utricional de la población mayor de Cataluña de diferentes niveles asistenciales. Archivos latinoamericanos de nutrición. Órgano oficial de la sociedad latinoamericana de nutrición. Vol. 59 nº 1, 2009. Revisado de: http://www.scielo.org.ve/pdf/alan/v59n1/art06.pdf